lunes, 8 de febrero de 2016

IGNORANCIA


A un nivel biológico, ignoramos al mundo. Preferimos tomar lo que nos interesa y seguir adelante, a lo que sigue. Nadie lee las letras pequeñas en el contrato de su propia vida, nadie ve la punta de su propia nariz, hasta que piensa en ella, no es que no esté ahí, no es que no la veamos, es solo que bueno, ya sabemos que está ahí y que es nuestra, ¿para que verla todo el tiempo?. 

Hay lógica en ignorar, por supuesto que es necesario hacerlo, nuestro cerebro, aunque conscientemente observara todos los detalles que los sentidos le pueden dar en una experiencia cotidiana sería, al fin y al cabo, incapaz de procesar esa cantidad de información. Toma lo que es relevante, toma lo que se sitúa fuera del patrón, ignora el fondo, creamos elipsis sobre lo obvio, siempre y cuando tengamos lo mínimo para entender el mensaje, vamos por ahí ignorando la mitad de lo que vemos, de lo que sentimos, de lo que fue puesto ahí para nosotros, un mundo de alta definición para seres analógicos, margaritas a los cerdos.

Pero: si de pronto decidiéramos poner más atención al bosque y menos al árbol...¿a caso notaríamos a la disminuida figura, la tenue silueta de aquel pequeño niño patéticamente retorcido, babeante de ojos desorbitados, sentado en el muro del templo bajo los primeros rayos del sol, como un mal ensamble de un juguete del destino, vendido más barato por ser defectuoso, destinado por su precio a solo ser adquirido por los más humildes, los jodidos, que para variar lo compran no solo porque es para lo único que les alcanza con su crédito en la tienda del Karma, sino porque lo quieren aunque no sirva? ¿notaríamos su bote de limosna vacío? acaso ¿notaríamos el cansancio en los ojos de la mujer que nos ofrece los dulces blanquecinos, por el sol y por lo viejos, mazapanes aplastados, tamarindos derretidos que conforman el único miserable producto para ofrecer y que resulta sorprendente que alguien adquiera, parecieran pegados a esa caja de cartón, de tanto que han estado ahí, porque la gente prefiere obsequiarle una moneda para que esa mujer envuelta en seis capas de delgadas prendas aleje su mal aliento matinal, que tomar uno de esos asquerosos manjares?.

Seguimos nuestro camino, nada de lo que hemos visto nos incumbe, no es relevante para seguir con nuestro día, nuestros objetivos, nuestras metas y nuestros anhelos nada tienen que ver con la desgracia de otros, seguimos nuestro camino hasta la próxima desgracia ajena a ignorar, el anciano de las semillas, al bolero con 3 hijos pequeños de nombre Julieta de 6, Chava de 2, y Esteban de 6 meses, que implora y te grita para lustrarte y siempre le prometes "a la vuelta"  los sentados en la banca esperando un apoyo. Jodidos que nada tienen que ver contigo, ruido de fondo en la sinfonía que escuchas, murmuros en la multitud detrás de la voz que pretendes oír pero no escuchas del otro lado de la mesa. 

Probablemente es mejor vivir así. ignorando el hecho de que si notaste, que la pantalonera de la mujer de los dulces hace juego con la chamarra deportiva del niño en el sol.... y seguir tu camino con todo ese cambio en tu bolsillo, que tanto te quejaste de no haber sacado de tu pantalón la noche anterior, porque ya casi son las nueve y no tienes tiempo para todas estas desgracias.

"..... NO ME PREGUNTES POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS, ELLAS TAÑEN POR TI."

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