lunes, 21 de octubre de 2013

CADA MOMENTO ES EL ÚLTIMO MOMENTO


Descartar la vida para salvar la vida, es una metáfora para describir un pilar importante de la mentalidad intrínseca del bushido, significa entregarse a la situación con la mayor de las voluntades, no solo aceptando la posibilidad de salir mal librado, sino de abrazar el hecho de la pérdida de la propia  vida. Nuestro tiempo de vida es finito, a veces longevo a veces breve, no existe alternativa en ello, por otra parte el tiempo que hemos de vivir se encuentra predestinado y si desconocemos el equilibrio entre la vida y la muerte, esto nos angustia, cuando la noche termina el amanecer llega, cuando la luz se extingue las tinieblas toan su lugar, por eso cuando nuestro tiempo de vida acaba es natural que la muerte sobrevenga, cuando el tiempo de muerte cumple su tiempo, la vida florece.

No es la situación lo que determina nuestra supervivencia o muerte, la situación es un acto en un momento determinado. El motivo por el cual el momento de nuestra muerte es oculto nos obliga a tomar cada momento como el último, lo cual nos obliga, si nuestro ego nos lo permite, a realizar cada acto, por insignificante que éste parezca, como el último que hemos de desempeñar. No existe dificultad en ello, cuando nos entregamos enteramente a la idea de nuestra propia muerte, sin embargo la dificultad surge en el grado de sinceridad que alcanzamos en esta determinación. Los tiempos no se prestan para ello, vivimos en un mundo de seguridades superfluas que nos ciegan y nos otorgan falsas convicciones y damos por sentada nuestra subsistencia.  

No es el tiempo que se extienda nuestra vida lo que determina la calidad de ésta, eso es seguro. Como los buenos libros que fueron escritos como si cada página fuera la última, debemos atender nuestros actos y palabras.

Si hoy muriera no me desagradaría que esta fuera mi última reflexión..

No hay comentarios: