lunes, 19 de septiembre de 2016

DE VICTORIAS DERROTADAS

El carácter combatiente encuentra el sentido de su lucha en la victoria, para un espíritu guerrero en la batalla misma radica su victoria absoluta. La primera máxima del combate: ¡Que tu lucha no sea una derrota y tu victoria no atraiga la ruina! conoce tu naturaleza, la naturaleza de tu causa, no sea que traiciones con tu faena el origen de tu esencia.

Hay quienes por origen tienen vivir fuera de todo esquema, la maravilla de su vivir es su apostasía y hoy renuncian a su naturaleza en la búsqueda de igualdad, su lucha es su derrota.

Hay quienes el constante dolor y la adversidad los forjan como acero rojo al frío, crujen y se contraen ante la fatalidad y surgen soberbios y poderosos sobre los hombres, para converger sus flancos en la búsqueda de el silencio y el sosiego de la apartada calma o ceden ante la agradable lisonja que reciben de los inferiores. Vuelven su piel blanca, sus huesos blandos y su quijada caída. Su lucha es su derrota.

Existen los débiles, los inferiores, quienes toman su raquitismo cómo maestro y hacen de su extenuante posición fortaleza inexpugnable, se sostienen en pie de lucha donde el recio se hunde bajo el peso de su coraza. Con la victoria se vuelven superiores, pierden humildad y encuentran vértigo en las míseras alturas. Su lucha es su derrota.

Dejad que el rebelde sea salvaje, el violento se conserve aguerrido y el débil se mantenga humilde.

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