Camina mi sombra tras de mí, con más pasado que futuro, con más horizontes que destinos; cautividad que mantiene por no conocer otras formas que reflejar, me hace pensar en mi propia prisión, bajo el peso asfixiante de opiniones, conceptos y contornos, dibujados por otras manos, pensados por otras mentes y escritos por otras plumas, para definirme, etiquetarme y encasillarme en un personaje que me ha terminado por resultar tan real, que estoy dispuesto defenderle ante cualquier embate de idea fresca, lo fresco parece descabellado.
Sombra que se esclaviza al esclavo, ¿acaso no deberías tu saber que lo conocido implica que algo se desconoce, que el placer se sostiene por la ausencia del dolor y que lo que se encuentra implica una pérdida? ¿que lo que sigues te exige un abandono? para ti el reflejo y lo reflejado implican la misma cosa, el principio y el problema significan los mismo, y si el problema se resuelve ahí acabaría tu universo.
No es tan simple amiga mía. Hay que renunciar al mundo y luego afirmarlo. no consumir nada en lo absoluto y no ser consumido por nada absolutamente. Anda y busca mejores cosas que reflejar, que mi camino ha cesado y aunque buena y fiel compañera, hoy me resultas una carga y me gusta viajar ligero.