Mientras mas observo, mientras más soy consciente de ello, más me sorprendo de lo evidente que era, y por su abrumadora claridad, resulta invisible a los ojos. Es precisamente no ver el bosque porque los arboles no me permitían ver más allá. No hablo de una iluminación, ni de un despertar, probablemente al descubrirlo me encuentro más alejado de todo conocimiento de lo que antes estaba. Leyendo un poco más cada día, acerca del tema, respecto a la obsesiva ilusión a la que nos aferramos de vernos como ajenos o externos al mundo que nos rodea, sin darnos cuenta de que en realidad somos parte de una misma cosa, que el todo no existe sin nosotros y nosotros no existimos sin el todo y en la nada retornamos a la unidad, por eso el dios que pierde su divinidad se convierte en hombre y el hombre que al renunciar a todo se convierte en dios.
Cada perdida resulta una ilusión, pero en dicha ilusión siempre va aparejada cierta sensación de liberación, cuando nos sentimos arrinconados, la sensación de abandono nos otorga una perspectiva distinta de las cosas, encontramos patrones y descubrimos actitudes propias que desde la ilusión de la seguridad no podemos percibir. Nuestro ego se encuentra desconcertado, nos da tregua, deja de pensar en lo que quiere porque se encuentra sobrecargado, abrumado por el vacío, nos permite ver con claridad.
Recuerdo estar reclinado en los sillones o sillas de los hospitales, cuando acompañaba a mi madre en su enfermedad, leyendo, jamás la lectura ha tomado mayor claridad para mi, que en esos momentos, las palabras escritas en papel, por Nietzsche, Hesse, Hemingway, Lewis, resonaban tan claramente en mi mente, como muebles que entran en un cuarto totalmente vacío, no importa su forma color o textura, no pueden desentonar si se encuentran en un lugar que lo carece de todo.
Probablemente solo escribo un sinsentido, cada vez me resulta más difícil expresar con palabras lo que siento, es progresivo, es el último bastión en redes sociales que no he abandonado por este motivo. No es falta de inspiración, simplemente me resulta cada vez mas difícil expresar lo que pasa por mi mente.
Un paso más lejos de la cordura supongo. Pero no necesariamente me acerca a la locura para mi desgracia.