Leyendo uno de mis autores favoritos, Alan Watts, que ha forjado de unos años para acá mi modo de pensar y me ha ayudado a poner en orden muchos de mis pensamientos, me encuentro con un tema que el mencionaba mucho en su filosofía, o más bien dicho en su forma de ver al ser humano. A menudo Watts presentaba al ser humano, particularmente al occidental, como un ser individualista, que se regocijaba con su individualismo, al tiempo de que su conciencia y su conocimiento de ser conocedor, lo hacía sentirse ajeno al mundo como tal, y a plantearse una especie de mentalidad de extranjero o extraño a lo que lo rodea.
En esta era de redes sociales, para mí ha quedado más que manifiesto, que Watts tenía mucha razón, al experimentar esta realidad irreal de la redes sociales, donde podemos seleccionar como queremos ser vistos por los demás y expresar lo que queremos que los demás escuchen de nosotros, resulta mucho más fácil interpretar los personajes que nos gustaría ser, y que en cotidiano puede ser que disten mucho de lo que en realidad somos, dejando en claro que la percepción lo es todo.
No tengo nada en contra de deleitarnos en interpretar roles que no son propiamente los nuestros, de hecho estas máscaras son las que nos permiten adaptarnos a distintos círculos de personas y que nos otorgan flexibilidad social, somos tantas personas como tantas personas necesitamos ser. A pesar de ello resulta ser que a veces me he encontrado con muchos personajes que se siente extraviados en la obra que interpretan.
la pregunta que debemos hacernos, no es, sí somos auténticos y sinceros de quienes realmente somos, sino, ¿estamos interpretando el papel que nos conviene?
Quienes verdaderamente tratan de ser sinceros en quienes son, los auténticos, también juegan su papel, pero piensan que no lo hacen, porque parten de la premisa que tienen la capacidad de saber, que son de determinada manera, y eso no es más que creerse su papel. cada véz que escucho a una persona que me dice, estoy tratando de descubrir mi verdadero yo, les digo "buena suerte" y cuando vuelvas aquí resignado porque no encontraste nada, te felicitaré, porqué al fin habrás comprendido que no había nada que buscar.
Quienes verdaderamente tratan de ser sinceros en quienes son, los auténticos, también juegan su papel, pero piensan que no lo hacen, porque parten de la premisa que tienen la capacidad de saber, que son de determinada manera, y eso no es más que creerse su papel. cada véz que escucho a una persona que me dice, estoy tratando de descubrir mi verdadero yo, les digo "buena suerte" y cuando vuelvas aquí resignado porque no encontraste nada, te felicitaré, porqué al fin habrás comprendido que no había nada que buscar.