jueves, 7 de febrero de 2013

EL PODER DE LA ADVERSIDAD




Cuando el pasado del alma palpita en nosotros con una tensión infinita, cuando una presencia total actualiza experiencias soterradas y un ritmo pierde su equilibrio y su uniformidad, entonces la muerte nos arranca de las cimas de la vida, sin que experimentemos ante ella ese terror que nos acompaña cuando nos obsesiona dolorosamente. Demasiado raras son las personas que pueden soportar tales experiencias hasta el fin. Siempre es peligroso refrenar una energía explosiva, pues puede llegar el momento en que deje de poseerse la fuerza para dominarla. Conservadas en la conciencia, la experiencia terrible y la obsesión terrorífica por la muerte conducen a la devastación.

La verdadera interiorización conduce a una universalidad inaccesible para aquellos seres que no sobrepasan lo inesencial y que consideran el dolor como un fenómeno interior, como el producto de una inconsistencia espiritual, cuando, en realidad, los recursos líricos de la subjetividad son la prueba de una gran profundidad interior.


Algunas personas son fuertes únicamente en los momentos decisivos de su existencia; otras sólo en el instante de la agonía, cuando todo el pasado se actualiza y se precipita sobre ellos como un torrente. Pero en la mayoría de los casos la explosión espiritual surge tras experiencias esenciales, cuando la agitación del fondo íntimo del ser alcanza su paroxismo. De esa manera, seres propensos a la objetividad y a la impersonalidad, ajenos tanto a sí mismos como a las realidades profundas, cuando se hallan presos del dolor, experimentan un sentimiento que moviliza todas sus facultades personales.


Ignorando tanto lo que ocultamos en nosotros mismos como lo que oculta el mundo, somos súbitamente víctimas de la experiencia del sufrimiento y transportados a una región extraordinariamente compleja, de una vertiginosa subjetividad.


Comparado con el refinamiento de una cultura anquilosada que, prisionera de los límites y de las formas, disfraza todas las cosas, el deleite en es una expresión bárbara: su verdadero valor consiste, precisamente, en no ser más que sangre, sinceridad y llamas.

Nunca sabremos lo fuerte que podemos llegar a ser, hasta que ser fuertes sea la única opción que nos quede.




sábado, 2 de febrero de 2013

TAMESHIGIRI.
Es la practica de cortar con la espada japonesa. Es una práctica común para los prcticantes de Iaido de casi todas las escuelas, tiene su origen en el siglo XVII durante el periodo Edo, dicha práctica era para probar la calidad de la espada no del que la empuñaba, generalmente se hacía con cadáveres y condenados a muerte, de hecho en muchas espadas antiguas se pueden encontrar inscripciones en sus nakagos haciendo mención a la cantidad de extremidades o dorsos que fueron cortados de un solo tajo por esa hoja, sin embargo si se lee el hagakure, encontramos algunas menciones de esta práctica como una manera de fortalecer el caracter de los jóvenes guerreros en tiempos de paz, lo cual da a entender que dicha forma de control de calidad se fue transformando poco a poco como una costumbre de autosuperación para el esgrimista.

Actualmente el tameshigiri se practica sobre materiales como rollos de paja humeda o tatami, o sobre bamboo, o sobre bamboo envuelto en tatami, a fin de imitar en la medida de lo posible la densidad de una extremidad de un cuerpo humano.

Existen opiniones encontradas sobre la práctica moderna del Tameshigiri, ya que algunos maestros se niegan a realizarla basados en el respeto místico de la espada y en consecuencia a negarse a verla como una mera herramienta, (http://www.iaido.org/pages/tameshigiri.html) por otra parte consideran que la espada es un instrumento para cortar, en consecuencia resulta redundante el tameshigiri para ellos.

Sin embargo no podemos negar que en lo que respecta al iaido, la wasa o técnica de cada una de las katas lo es todo, y en orden a perfeccionar dichas técnicas es importante la práctica del tameshigiri, ya que la experiencia del corte real con la espada, otorga una percepción totalmente nueva al iaidoka, asimismo muchos kendokas practican iaido y para ellos el corte real les recuerda el verdadero fundamento del uso del sable, ya que en Kendo muchos de los golpes con la constante práctica se convierten en eso, golpes y no cortes.

En cualquier caso, el tameshigiri es muy interesante, porque demuestrala diferencia entre la teoria y la práctica en el corte y de como la calidad de la hoja no es tan importante como la capacidad del esgrimista, (por supuesto no debe hacerse con hojas de mala calidad o espadas de utileria) .

Algo que se debe tomar en cuenta, es que el tameshigiri con algunos materiales, dañan la estética de la hoja y la rayan, además resulta caro comprar bamboo tierno, o tatamis para la mayoría de los paises occidentales, por eso no es muy rentable hacerlo cotidianamente.